miércoles, 13 de abril de 2016

Callejón de las Campanas



Es muy probable que su primer nombre fuera el de callejón del Campanero, refiriéndose al lugar en que habitaba este servidor de la Parroquia, pero con el tiempo quedó simplemente el de Las Campanas, comprendido entre el costado norte de la Parroquia y la casa que habitó el Gral. Jesús González Ortega, la cual posteriormente se convirtió en Gran Hotel Francés y en la actualidad, con el nombre de anexo al Palacio de Gobierno, alberga diversas dependencias del Ejecutivo, entre ellas el despacho del Gobernador, el del Secretario General de Gobierno.
La principal característica de este callejón es el estar cubierto en parte por una bóveda que sostiene el edificio, lo cual tiene la siguiente explicación: el 6 de julio de 1863, después de escapar de los franceses que lo hicieron prisionero en Puebla, el Gral. González Ortega recibió de manos de Severo Cosío el gobierno de Zacatecas y al darse cuenta de que el costado sur de su casa amenazaba con venirse abajo, denunció ante la Asamblea Municipal de Zacatecas el viento del callejón de las Campanas. Solicitud que fue aceptada por dicha Corporación, la que también aprobó no cobrarle derechos de ninguna clase en atención a los servicios que ha prestado a la causa que sostiene a la República.
Una vez que tuvo en su poder los títulos respectivos, el Gral. González Ortega procedió a construir la bóveda que cubría el callejón y aseguró, por un lado su casa y por el otro la Parroquia, con lo cual nos heredó este hermoso callejón techado, en un aparte de su actual extensión, lo cual se debe a que en aquellos tiempos ambos edificios solo llegaban hasta donde está cubierto, que era el margen poniente del arroyo principal de la ciudad el cual fue cubierto en 1889 por el llamado puente de Silao, lo que permitió que las construcciones se extendieron a sus límites actuales y el espacio correspondiente del callejón quedó al descubierto.

Callejón de los Perros


El estrafalario nombre de "Cajón de Riales" con que divulgo moteaba a Doña Nicolosa Rojas, se debía a que cuando algún indiscreto aludía a la muchas riquezas que se presumía estaba reuniendo, ella contestaba: "apenas un cajoncito de riales para mantener a mis animalitos", porque su casa contenía multitud de perro de todos tamaños, razas y colores. su oficio era de prestamista, su casa estaba situada detrás de la calle de la estación de Ferrocarril y era la mejor y la mas grande de aquel barrio; tenia un postigo por donde hacia sus operaciones financieras a fin de que nadie penetrara en su antro, cosa que nadie deseaba por temor a los perros. Todo el mundo la aborrecía, por el alboroto que armaban por las noches especialmente de luna, los vecinos no podían dormir.
 

Se rumoreaba que traficaba con alhajas robadas, pero nadie se atrevía a denunciarla. En una ocasión llegaron los titirineterosa esta ciudad y pusieron su carpa en la "Plazuela de Carretas", eran tres hombres y dos mujeres con aspecto de gitanos; uno negro parecía el efe. "Doña Cajón", que nunca iba a ninguna parte, asistía todas las noches a sus funciones. A la salida, el negro la acompañaba a su casa. la ultima noche la vieron los vecinos cenar con los artistas en una fonducha instalada cerca de la carpa. Al día siguiente amaneció robado el santuario de Nuestra Señora del Patrocinio de la bufa; una gran indignación causo en toa la ciudad el sacrilegio atentado; las autoridades tomaron cartas en el asunto, pero nada lograron remediar.

pocos días después hubo cambio de personal en el rastro y el nuevo mozo no supo de la obligación de llevar la carne hasta la casa de "Doña Cajón", por las noche los aullidos de los perros se hacían insoportables, hasta que los vecinos espantados por esa espantosa jauría se vieron obligados a quejarse a las autoridades. El espectáculo que presenciaron los curiosos que acompañaron a los policías fue horrible:en inmundo cuarto yacía "Doña Cajón" devorada por los perros. en un armario había multitud de joyas y entre ellas, las robadas a la Virgen del Patrocinio, igualmente que sus vestiduras. Todos el mundo atribuyo justo castigo del cielo la muerte horrible de la prestamista. Desde entonce se le denomina "Callejón de los Perros".

El Callejón Del Indio Triste




Hubo un indio en tiempo pre hispanos que amaba mucho a una mujer y tenía muchas tierras que cuidar, pero fue su mala fortuna la que acabó con lo bueno que le daba en la vida, apareció un colonizador y él le quitó todo, no solamente lo material, sino que también se quedó con la mujer que amó siempre, muy triste se sentó el indio frente a la iglesia en donde se casarían y no paraba de llorar desde ese entonces, nunca se lo volvió a ver bien, siempre mal vestido y con lágrimas en los ojos por las cosas que había perdido, una noche se lo encontró ya sin vida en lo que después se convirtió en un callejón, tenía en las manos una flor que significaba el amor que sentía con aquella mujer, llamaron al callejón en honor a él.

El Fantasma Del Campanario



Fresnillo.- La parroquia de la Purificación se ha convertido en uno de los emblemas para los fresnillenses, donde, cuenta la leyenda, se aparece un hombre ataviado como militar, con grandes bigotes y rostro agresivo, que acecha a cuanta persona sube al área donde los coristas deleitan con las canciones religiosas a los asistentes a misa.
Con el paso de las generaciones, niños y adolescentes que han formado parte de un coro, han bajado aterrorizados, al temer encontrarse con "El fantasma del campanario", nombre que le han dado al espíritu que han visto sacristanes y organistas, que los ha dejado petrificados.
Algunos han descrito al fantasma con uniforme de paño azul, chaquetilla con botonadura brillante, con botas militares, en la cabeza una especie de sombrero de capitán.
Los que han pasado por la escalinata que dirige al campanario o que tan sólo suben a la zona donde los coristas se colocan, han visto que el rostro ensangrentado de un hombre se esconde y se puede observar cuando la luz se filtra por las ventanas.
Su historia se ha divulgado entre chicos y grandes desde 1913, que existió un sangriento combate a tiros entre las fuerzas del general Pánfilo Natera y de José Natividad del Toro, que al parecer era el jefe de la acordada en Fresnillo.
Del Toro y varios de sus elementos optaron por esconderse en el campanario de la iglesia y ahí abrieron fuego contra las tropas de Natera; pese a los disparos, Del Toro no salió, por lo que los contrarios prendieron chile seco en la entrada del campanario, y por esta acción algunos de los seguidores del general salieron corriendo, menos él, quien prefirió quitarse la vida.
Su cuerpo fue bajado a rastras por sus subalternos, quienes dejaron manchas de sangre por la escalinata; los seguidores de Del Toro fueron fusilados en el atrio de la iglesia. Con el paso del tiempo algunos dicen haber visto a Del Toro aparecerse en el primer nivel del campanario, otros en el atrio y algunos llegan a confundirlo con un policía, pero al acercarse se dan cuenta de su vestimenta antigua y de pronto se desvanece.

La Leyenda De La Piedra Negra de Zacatecas


Esta leyenda procede del estado de Zacatecas, en México. Cuéntese que en tiempos coloniales dos amigos sufrían de la fiebre de la busca de aventuras y tesoros, y que marcharon a las sierras con el propósito de hacerse ricos. Sus nombres han quedado para la Historia: Misael Galán y Gildardo Higinio. 
Misael Y Gildardo pasaron mucho tiempo en la intemperie, soportando todo tipo de inclemencias y privaciones, con el único objetivo de explorar el contenido de las sierras, de las que se rumoreba escondían tesoros que los convertirían en magnates. Por fin, tras muchos meses de buscar, dieron con una extraña cueva que en su interior alojaba una piedra de color oscuro y brillante. Ambos amigos dieron por hecho que el objeto era de gran valor. Con gran trabajo, lo quitaron del suelo y se dispusieron a acarraerlo de vuelta al pueblo, partirlo en varios pedazos y comerciar con su valía. 
La noticia de que los dos muchachos habían dado, por fin, con un tesoro había llegado de algún modo al pueblo.


Días después del entierro, un hombre, conocido comerciante del lugar que había quedado en custodia de la piedra, asesinó a su mujer y luego se dio muerte. Alborotados, los vecinos se preguntaron qué había podido desencadenar ese tragedia, ya que tanto la conducta del esposo como la de la mujer eran intachables. Uno de los vecinos hizo, no obstante, una acertada observación: en ambas escenas de violencia el elemento común era la extraña piedra negra. Los vecinos decidieron deshacerse de ella. Un grupo se ofreció a devolverla a la cueva a donde pertenecía. Pasados unos días, como no regresaban, los pobladores marcharon en su busca, temiendo hallar lo peor. Fue así: los encontraron muertos, en condiciones parecidas a los dos casos anteriores. Los vecinos se dispusieron a recibirlos con una fiesta, pero los días pasaron y no había señales de ellos. Preocupados, los vecinos se dispusieron a ir en busca del par. Los hallaron a la entrada de la misteriosa caverna, muertos, con señales de haber sido agredidos con arma blanca. Todos se preguntaron, en medio del estupor, que quería decir aquélla escena: ¿habían consumado los amigos un pacto suicida? ¿Se habían matado el uno al otro cegados por la codicia? ¿Habían sido atacados por bandidos? Pero, de ser así... ¿por qué habrían de abandonar el botín los malhechores? No había explicación sencilla al misterio, por lo que los pobladores cargaron en caballos a los cuerpos de Misael y Gildardo y a la extraña piedra y regresaron al pueblo. 
Se hacía urgente deshacerse de la piedra maldita, pero nadie se atrevía a cargar con ella. Finalmente dieron con la solución por intermedio del sacerdote: la piedra fue rociada con agua bendita y se la trasladó, con enormes cuidados, a un sitio secreto. Las habladurías dicen que aún puede verse, desde cierta distancia, en un muro de la catedral de Zacatecas, no lejos de una pequeña campaña que suena misteriosamente si alguien se acerca demasiado.

La Calle De Las Tres Cruces


La calle de las tres cruces. Don Diego era tutor y tío de la hermosa Beatriz Moncada, que estaba custodiada y vivía bajo el verdugo de su tio, cuentan que el tio planeaba casar a Beatriz con Don Antonio, hijo único de Diego, que era un joven calavera que derrochaba el dinero a manos llenas, cuenta la leyenda que Diego quería casar a su sobrina con su hijo para no dar cuenta con la herencia de ésta. Ya hacia varias noche que Beatriz escuchaba el sonido de un violin, noche tras noche un dulce sonido, observo una silueta en el poste de un farol que apenas y alumbraba, y quien tocaba el bello instrumento era un indígena que fue recogido y educado por los religiosos del convento de San Agustin, que fue nombrado como Gabriel García; cuando Beatriz lo escucho tocar en una reunión de aristócratas, su alma vibró al compás de aquel violín, al verla, comprendió su mirada y e también cayo enamorado de esa hermosa peregrina; al poco tiempo Diego se enteró de este suceso, y un dia que Gabriel se disponía a hablar con Beatriz, Diego le interrumpió el camino en su propia casa, le dijo que se marchara o que haría que sus criados lo sacaran a palos, Gabriel le dijo que el también era un caballero y se defendería con la espada; escaso fue el tiempo que paso para que se librara una gran pelea, donde Gabriel solo rechazaba los golpes del tío, uno de lso criados que observaba la batalla cuando vio que Gabriel salio vencedor debido a que Diego se lanzó sobre la espada de Gabriel hiriéndose el mismo de muerte, entonces Gabriel se inclina sobre el cuerpo de Diego, asi el criado aparece de la nada, y le entierra un puñal hiriéndolo de muerte, de pronto se escucha un grito, era Beatriz, que al estar observando la ardiente batalla se desmaya debido a la muerte de sus dos seres queridos, su cuerpo rompe el vidrio de la recamara donde observaba y cae sobre el violín de su amor; nadie sabe quién ni por qué, pero a la luz del farol de la casa se pintaron tres cruces aun lado de los cuerpos; tiempo después nombraron esta calle como Las tres cruces.

martes, 12 de abril de 2016

Leyenda del Cerro de la Bufa

Leyenda del Cerro de la Bufa
Se dice que el Cerro de la Bufa, Zacatecas, guarda dentro un inmenso tesoro, conformado por una larga escalinata de mármol, que conduce a un bellísimo palacio, con pisos de plata y muros de oro. La iluminación se produce solamente por el intenso brillo de piedras preciosas que cuelgan por todas partes. Aquel que quiera ser el dueño de tales virtudes, debe pasar una serie de pruebas impuestas por una bella mujer…
Hasta este momento todo parece muy bello, una vida llena de inmersa fortuna y la compañía de una impresionante mujer para el afortunado, pero las cosas no puede ser tan sencillas; hay aparte una serie de hechos que convierten este relato en una verdadera leyenda de terror que ha asustado a la gente por siglos, razón por la cual, pocos se han atrevido a buscar dichas riquezas.
La existencia del tesoro es algo que no muchos han puesto en duda, ya que en los registros de la historia, consta que en 1546 se descubrió al pie del cerro mucha plata. Con respecto a la mujer, se dice que es una princesa encantada que se aparece en lo más alto del cerro, solamente una vez al año, durante la fiesta del pueblo. Esta muchacha espera a que pase por la vereda algún hombre, después le pide que la lleve en brazos hasta el altar mayor de lo que hoy es la Basílica de Zacatecas.
Debido a la gran hermosura que ella proyecta es difícil que alguien se niegue a su petición, además, les promete revelar información sobre la ciudad encantada que descansa bajo el cerro. Además de cargarla, pone como condición no voltear hacia atrás sin importar los sonidos que se escuchen.
Mientras van en camino, el ambiente se llena de ruidos raros, voces llamando al hombre por su nombre, susurrando palabras de muerte, rugidos de animales conocidos y fieras extrañas, todo un enjambre demoníaco emitiendo lamentos y quejidos…
El miedo poco a poco invade su corazón, las piernas pierden sus fuerzas, se dificulta la respiración, se sabe rodeado, acechado, vigilado, probablemente cazado, y no puede resistir más, voltea su cabeza y la muchacha que lleva en sus brazos se transforma en una horrible serpiente y todo termina…
En los cuatro siglos que tiene de existencia Zacatecas, no hubo valiente, que soportara traer el infierno a sus espaldas, todos ellos voltearon a verlo, y hasta ahí llegaron, la princesa sigue apareciendo y el tesoro esperando.

En este blog encontrarás una

 recopilación de mitos y 

leyendas que se originaron en 

la extensión territorial del 

estado de Zacatecas. En este 

estado ha permitido la 

creación de

relatos fantásticos que hoy 

en día 

hacen parte de su rica 

tradición cultural y cuya 

difusión ha sido alimentada 

por 

la generosa candidez de su 

gente.

viernes, 8 de abril de 2016

EL NIÑO ENTERRADO EN LA HACIENDA

(Leyenda de la hacienda de Sierra Hermosa, en Villa de Cos, Zac.)
Cuentan en Sierra Hermosa que en un área del interior de lo que era la casa grande de la hacienda se escuchan llantos de niño, llantos de ultratumba. Según se cree, son los llantos de un niño que fue asesinado por su tío y enterrado clandestinamente adentro de la casa. 
El llanto proviene del suelo, abajo del marco de una puerta entre un pasillo y el comedor. Cuentan que hace varios años, los inquilinos de la casa decidieron escarbar en ese punto no para buscar un tesoro, sino para tratar de encontrar los restos del niño y darle cristiana sepultura. Empezaron a escarbar y a menos de un metro de profundidad primero encontraron tubería, que es más reciente, y siguieron escarbando más abajo hasta que encontraron una piedra de cantera, tipo lápida. Todas las personas que estaban escarbando sintieron algo feo y decidieron ya no seguirle. Rociaron la lápida con agua bendita y la volvieron a cubrir.
Los llantos siempre salen de ahí. Por pláticas de antes se sabe que son los llantos de un niño chiquito que era el hijo de doña Manuela Moncada. Ella había fallecido tiempo antes y su hijo quedó bajo la tutela de su tío Francisco. Este niño iba a ser el heredero de Sierra Hermosa y de otras que habían sido propiedad de doña Manuela. Francisco era entonces el albacea y administrador de todos los bienes de su difunta hermana, y sabía que su sobrino iba a heredar todo esto. Como el niño estaba indefenso, entonces lo desapareció, lo mató a él o lo mandó matar y parece que sí lo sepultaron ahí. Todo hubiera quedado como un misterio sin resolver, pero los llantos de ese niño delatan que sí hubo un asesinato.

La Señora Del Camino


Cuenta la leyenda que durante el mes de octubre, en el camino que lleva hasta la localidad de Tacoaleche, en el Municipio de Guadalupe, Zacatecas dentro de la cuenca del río Lerma Santiago. A los taxistas les ocurre una situación que al parecer está fuera de lo normal.
Se dice que entre las 9 y las 12 de la noche, los taxistas son detenidos por una señora que solicita sus servicios. Y cuando ella aborda un frío les recorre los huesos, directo hasta el tuétano y el corazón les empieza a palpitar más rápido de lo acostumbrado.
Mientras el taxista conduce, tiene la sensación de que algo no anda bien, dentro de la unidad se percibe una sensación de angustia, y los escalofríos se hacen presentes de forma constante.
Al llegar al lugar que la señora indica, esta emite un gutural grito que hace vibrar hasta las ventanillas, el sujeto no le puede ver la cara, por más que intenta, no tiene definidos, ojos, nariz o boca y se aleja por la calle, caminando muy rápido, vistiendo un vestido largo, muy elegante y vaporoso, hasta que se le ve desaparecer en medio de la inmensa oscuridad.